Se entregó el Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud

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Este nuevo galardón tiene como objetivo estimular el desarrollo científico, tecnológico y productivo en Argentina e impulsar la transferencia del conocimiento. El proyecto ganador es liderado por Ricardo Dewey.

Buenos Aires, 16 de diciembre de 2021 – El Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, participó de un acto celebrado en el Edificio Cassará, donde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Fundación Pablo Cassará y el Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. César Milstein” (ICT Milstein) dieron a conocer al ganador de la Primera Edición del “Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud”. Durante la ceremonia estuvieron presentes la Presidenta del CONICET, Ana Franchi; la Vicepresidenta del ICT Milstein, María Eugenia Balañá; autoridades del CONICET y Fundación Cassará y miembros del jurado evaluador.

El proyecto premiado se titula “Caracterización molecular y funcional de TßRII-SE, una nueva variante de splicing del receptor de Tipo 2 de TGF-ß, y desarrollo de un biofarmacéutico derivado” y es liderado por Ricardo Dewey, investigador del CONICET en el Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM).

Filmus felicitó a las y los representantes de todos los proyectos que se presentaron y, en especial al ganador. El ministro destacó “el trabajo del ICT César Milstein y de la Fundación Cassará con relación al desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. Tiene sentido la inversión en ciencia y tecnología si sirve para resolver los problemas de nuestra gente. Nada mejor que la cita que hizo Milstein de Bernando Houssay: ‘Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia’ y que va en el mismo sentido de la famosa frase de Gandhi: ‘Somos demasiado pobres como para darnos el lujo de no invertir en ciencia y técnica’”.

El ministro agregó que por esta razón “sostenemos que Argentina no tiene ninguna posibilidad de transformación ni de crecimiento ni de distribuir el ingreso de forma más justa, sino es a través de la ciencia y la tecnología. No hay país del mundo que se haya desarrollado que no se haya basado en sus universidades, en sus centros de investigación y en sus investigadoras e investigadores y la articulación público-privada es uno de los métodos privilegiados”.

A su turno, Franchi agradeció al jurado por el arduo trabajo realizado en tiempo record y ponderó la iniciativa del Premio y la importancia de la articulación público-privada. A su vez, expresó: “La ciencia y la tecnología a nivel mundial y nacional fueron altamente demandadas estos últimos dos años. Pocas veces en la historia de la humanidad vimos esto, nos dio una gran responsabilidad hacia la sociedad. Creo que la comunidad científica argentina estuvo a la altura, nos puso en la vidriera, supimos responder a esta demanda, y eso es porque estábamos, porque nadie inventa una comunidad científica”.

Finalmente, la Presidenta del CONICET señaló que “la ciencia y la tecnología son indispensables en esta pandemia, pero también para el desarrollo de un país más justo, soberano e inclusivo. Hay un gobierno que habla permanentemente de la ciencia y la tecnología, tenemos un Estado que apoya y se apoya en la ciencia”.

El  trabajo muestra el desarrollo y transferencia tecnológica de un nuevo biofármaco con características antifibróticas basado en el descubrimiento y caracterización de una nueva molécula presente en células humanas. La propuesta obtuvo como premio un millón y medio de pesos de financiamiento. Es importante mencionar que en 2018 Dewey junto a su equipo crearon la Empresa de Base Tecnológica (EBT CONICET) Rad Bio SAS para continuar el desarrollo tecnológico de un nuevo biofarmacéutico.

Este galardón -que se enmarca en el año homenaje al Premio Nobel de Medicina César Milstein- busca dar visibilidad a los resultados de investigaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología y potenciar la articulación público privada en el campo específico de la salud humana. En esta primera edición del premio, que fue organizada por el CONICET y la Fundación Cassará a través del ICT Milstein, los proyectos presentados debían estar enmarcados en alguna de las siguientes áreas del conocimiento: Inmunología, Medicina Preventiva, Medicina Regenerativa, Microbiología y Oncología.

A su vez, recibió la 1º Mención del Premio César Milstein el Proyecto “Diagnos-TB: un nuevo ensayo diagnóstico para detección de infección por Mycobacyterium tuberculosis con capacidad de diferenciar infección activa y latente”. “Diagnos-TB” es un kit diagnóstico que permite la detección de la tuberculosis con una eficacia sin precedentes. Es liderado por Verónica García -investigadora del CONICET con lugar de trabajo en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA)- quién recibió como distinción un financiamiento de un millón de pesos. Verónica junto a su equipo están brindando el Servicio Tecnológico de Alto nivel (STAN) “Diagnos-TB” a la comunidad, contribuyendo así con médicos de diferentes especialidades en la toma de decisiones sobre el mejor tratamiento a aplicar ante la falta de diagnóstico exacto por métodos tradicionales.

La 2º Mención del Premio fue para el proyecto “Neuroprotección y neuroplasticidad: el FUTURO de una molécula que AYER era solamente un medicamento estimulante de la eritropoyesis”. El mismo se centra en la modificación de la molécula eritropoyetina humana (hEPO) para anular su efecto indeseado y conservar su capacidad neuroprotectora y neuroplástica para en un futuro poder desarrollar un biofármaco que sirva para prevenir o tratar enfermedades neurodegenerativas. Es liderado por Marcos Oggero Eberhardt -investigador del CONICET con lugar de trabajo en el Laboratorio de Cultivo Celulares de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral- quien recibió un financiamiento por 500 mil pesos. Es importante destacar que junto a su equipo de trabajo han creado la Empresa de Base Tecnológica (EBT CONICET) BioSynaptica SA para consolidar este desarrollo.

Para la primera edición del Premio se han presentado numerosos y diversos proyectos que cuentan con base científica y/o tecnológica en el campo de la biotecnología. Se preseleccionaron 9 por su contribución a la generación de conocimiento y su impacto en la difusión social de la ciencia, la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico. Los mismos participaron luego de una jornada de Pitch Day, donde se ampliaron las presentaciones y el jurado designó a los/las ganadores/as.

Participaron de la ceremonia la vicepresidenta del ICT Milstein, María Eugenia Balañá; autoridades del CONICET y Fundación Cassará y miembros del jurado evaluador.